jueves, 11 de diciembre de 2014

El famoso estilo de vida saludable

Los profesionales de la sanidad hemos de promulgar entre nuestros pacientes y entorno, premisas para un estilo de vida saludable. 

En primer lugar, deberíamos aplicar esas premisas en primera persona.

Con esto me refiero no sólo a llevar una dieta alimenticia saludable, sino que resulta incoherente ver profesionales de la sanidad, fumando en las puertas de accesos exteriores de los hospitales.

En ocasiones, nos podemos encontrar con el simple hecho de que la gente  pregunte: - Pero ¿por qué es importante seguir una dieta saludable, y tener que evitar hábitos de “comida basura” que resulta agradable en sabores y rápida de cocinar? - ¿Qué problemas ocasiona fumar o tomar alcohol en exceso?

Si vamos en profundidad a saber cuáles son los efectos de los citados hábitos,  que consideramos nocivos, encontramos los siguientes:

-        Fumar aumenta el riesgo de enfermedades cancerígenas (sobre todo en  pulmones), así como de infecciones pulmonares, disminución de la capacidad respiratoria y problemas cardiovasculares, entre otros.
-        Si nos focalizamos en qué puede afectarnos en nuestro día a día, descubrimos que el consumo de tabaco disminuye la microcirculación de los tejidos, lo que a su vez provoca disminución de la regeneración tisular. Esto deriva en la dificultad para que una herida cierre o cicatrice correctamente.  Se obstaculiza la regeneración de tejidos lesionados o incluso de cualquiera de los tejidos de nuestro cuerpo.
-         Si no tenemos en cuenta los efectos del tabaco a pequeña escala, podemos pensar que nuestro tratamiento no funciona al no alcanzarse los resultados esperados.

En cuanto al consumo de alcohol, cabe destacar que altera los niveles de testosterona y deshidrata en exceso al organismo, ya que para metabolizar el alcohol en el hígado se necesita muchísima agua.

El dolor de cabeza que se produce al día siguiente de un consumo de alcohol importante (resaca) se origina a partir de una deshidratación del cerebro, ya que el organismo ha requerido mucha agua para eliminar el alcohol en sangre.

Se constata que en mujeres este proceso es mucho más nocivo, ya que nosotras tardamos mucho más tiempo en eliminar el alcohol en sangre. El metabolismo en nuestro hígado es mucho más lento en comparación al de los hombres. De ahí que no toleremos consumir tanta cantidad de alcohol y que alcanzar un  estado de embriaguez sea más rápido.

Debido a la descompensación que ocasiona el alcohol en los niveles de testosterona, cabe decir que ésta hormona tiene multitud de efectos en el organismo. Para nosotros, los fisioterapeutas, los efectos más importantes en el adulto son el mantenimiento de la masa muscular, precursor de la energía mental y física, y el buen funcionamiento cerebral. Por lo tanto, si esta hormona se ve descompensada puede afectarnos a diferentes niveles.

Otro elemento importante a combatir es el estrés. El estrés perjudicial es aquel que disminuye los niveles de melatonina, la hormona encargada de regular el ciclo sueño-vigilia. Por lo tanto, existe una perturbación a la hora de conciliar el sueño, pudiendo afectar a  la  fase del sueño profundo, período en el que se produce la regeneración de los tejidos.

Por otro lado, el estrés va ligado a la presencia de mayor cortisol. En una época de estrés constante, la demanda de energía para hacer frente a esta situación es alta, por lo que esta hormona capta la energía de diferentes partes llegando a utilizar las proteínas del organismo que se encuentren en músculos, colágeno, etc. En consecuencia,  provoca una degeneración del tejido conectivo y sistema proteico, aumentando la probabilidad de daño o lesión en el cuerpo humano.

Cito como ejemplo el tendón de Aquiles. Resulta extraño que tratándose de un tendón grueso y fuerte, en ocasiones, se rompa con facilidad. La explicación radica en que tras una temporada prolongada de estrés, debido a que este tendón tiene muchos receptores de cortisol, éste se ve afectado por la acción de la hormona que trata de captar energía. Por lo que el tendón va degenerándose y de golpe y sin una explicación coherente, al hacer cualquier gesto o acción no lesiva, el tendón se rompe.



Como conclusión a esta entrada, no deberíamos llegar a estados graves como  puede ser un cáncer, para reflexionar sobre nuestro ritmo de vida y hábitos. Estos apuntes aunque simples, nos pueden servir para justificar a nuestros pacientes la importancia de evitar estos hábitos nocivos, que afectan tanto a pacientes como a los fisioterapeutas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario